Estabamos en un albergue divino, y nunca mejor dicho, atendidos por hermanos Maristas. El lugar no podía ser más idílico. Nos rodeaba un jardín botánico donde pude contemplar inmensas secuoyas, cedros, castaños... En esta acuarela puede verse el otoño en todo su esplendor. Mientras la pintaba, las hojas se iban cayendo. No creo que quede ya ninguna en el árbol.
Pintamos en la carretera, donde más abierto era el paisaje.
Alberto de Burgos nos dio las primeras nociones nada más llegar, el viernes por la tarde. Todo empezaba ¡qué ilusión!
Atentos todos a sus indicaciones.
Manuel Blandón pintó estas dos maravillas en su visita del sábado.
Yo, pintando en los jardines.
En la plaza de Valdelarco. Van llegando pintores y acompañantes.
Preciosa acuarelita de nuestro presi, Elias Cañas. La cinta de carrocero y las manchas le dan más encanto todavía.
Otra visión de Miguel Algarín. Muy romántica.
En el salón donde nos reuníamos al anochecer.
Acuarela inconclusa de Enrique, de Camas (Sevilla). A mí me gusta así, con la franja sin terminar.
Una diferente de Manuela Barco. Estilo personal y encantador.
Esta es de nuestro compañero de Huelva, Pepe... (no recuerdo el apellido)
Maria José e Isabel, acompañándome en el jardín.
Acuarela de Fabre. Magnífica, como todas las suyas.
Este paisaje, que se veía desde la puerta del Albergue, fue la elección mayoritaria del domingo por la mañana.
Espléndido reportaje, Mercedes, por el que podemos imaginar, los que no pudimos estar, lo interesante que fue esa salida y lo bien que lo pasasteis. La próxima espero no perdérmelo porque esas arboledas y esos ocres no se ven todos los días...
ResponderEliminarSaludos.