Una maravillosa jornada la de ayer en el cortijo de nuestra compañera Concha Candau (cerca de Morón). Junto con Pedro, su marido, hicieron que un día tórrido de campiña sevillana, se convirtiera en una placentera jornada acuarelística, donde todos disfrutamos de paisaje con girasoles, campos de algodón, senda bordeada de moreras, patios frescos donde corría el agua a la sombra de parras y limoneros...
Pintamos, nos bañamos, comimos y charlamos amigablemente hasta las tantas de la noche.
Hacía tiempo que no veía una puesta de sol tan espléndida, entre el silencio y los sonidos del campo.