Tarde de lluvia (casi de diluvio, diría yo), tarde de bodegones. Y afortunadamente tenía bien repleto el frutero. Creo que cuando hago la compra estoy pensando más en lo bonito que quedaría pintado que en lo bueno que puede estar. De hecho, no creo que nadie en casa se coma los membrillos.
Pues ha sido una tarde bien aprovechada, porque el bodegón es magnífico,
ResponderEliminarGracias por compartirlo. Un abrazo
Gracias a tí, Ana, por tu visita y por los blogs tan interesantes que tienes.
ResponderEliminarUn abrazo
Estupendo este bodegón, Mercedes. Me llama la atención la combinación que has hecho de Formas y, sobre todo, el Color de una gran riqueza en la gama cálida. Saludos y enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias Reyes. Me alegro de que te guste.
ResponderEliminarBesos.