Hay, sin duda, un especial magnetismo en las puertas de algunas casas. A veces, están deshabitadas; otras, en cambio, gozan de todos los mimos posibles: pintura, flores, encajes en las cortinas, porcelanas en sus paredes... Una se pregunta ¿quién viviría allí?. Cuando las pinto imagino mil historias, tragedias, pasiones, soledades. Todo está detrás de una puerta. Lo que se ofrece a nuestras miradas es solo la punta de un iceberg.
martes, 3 de abril de 2012
Puertas
Lisboa (Portugal)
Hay, sin duda, un especial magnetismo en las puertas de algunas casas. A veces, están deshabitadas; otras, en cambio, gozan de todos los mimos posibles: pintura, flores, encajes en las cortinas, porcelanas en sus paredes... Una se pregunta ¿quién viviría allí?. Cuando las pinto imagino mil historias, tragedias, pasiones, soledades. Todo está detrás de una puerta. Lo que se ofrece a nuestras miradas es solo la punta de un iceberg.
Hay, sin duda, un especial magnetismo en las puertas de algunas casas. A veces, están deshabitadas; otras, en cambio, gozan de todos los mimos posibles: pintura, flores, encajes en las cortinas, porcelanas en sus paredes... Una se pregunta ¿quién viviría allí?. Cuando las pinto imagino mil historias, tragedias, pasiones, soledades. Todo está detrás de una puerta. Lo que se ofrece a nuestras miradas es solo la punta de un iceberg.
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Parece que a muchos nos sucede igual con estas puertas (y ventanas), verdaderas invitaciones a delirar... Son puertas y ventanas que nos "asaltan" el alma. Yo a veces siento más cosas de las que quisiera...
ResponderEliminarTus acuarelas, tus puertas, tienen algo muy hogareño, cálido si se quiere, pero misterioso a la vez, sobretodo la última que se me imagina sacada de una novela de García Márquez...
Te felicito.
Besos y abrazos miles, Mercedes.
M'agrada com has resolt aquesta porta gris. Fantàstic!
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