Es sábado, mayo, hace sol y los acuarelistas de Sevilla nos lanzamos a una de nuestras jornadas de pintura en la calle. Nada más llegar me quedo prendada de esta vista de la Alameda de Alfonso XIII. Los lugareños me cuentan que esta fuente tenía unos caños de los que manaba un agua fresca y potable hace años. Ahora apenas se ven, han quedado a ras del suelo después de haber sido elevada la calle con nuevos pavimentos.
José Luis Fabre, Carmen y María en el escarpe de los Alcores.
Hermosas vistas de la ciudad de Carmona desde la azotea de Antonio Gavira.
Marchamos, después de comer a la puerta de Córdoba.
Me pareció más hermoso el juego de arbustos, rosales y montaña que la propia puerta, así que me senté plácidamente a tomar este apunte.
La comida con los compañeros en el Molino de la Romera fue reparadora y muy agradable. Precioso lugar, por dentro y por fuera.
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