Me tomo el café... y lo pinto
Coloco el osito que traje de Dublín... y lo pinto
salgo a la terraza a regar mis flores.... y pinto
un pajarillo canta, pretendiendo esconderse entre las ramas desnudas del pruno, lo miro, lo escucho y lo pinto....
Realmente, no se necesita pensar mucho para pintar, solo hay que mirar fuera (o dentro)
¡Qué bien aprovechas y hasta te cunde la tarde..!, Mercedes. Saludos y muy bonitos y frescos los ejercicios.
ResponderEliminarGracias Reyes. Adoro la intimidad que nos ofrece el invierno en esta ciudad nuestra tan callejera. Dentro de poco estaremos pintando en las frías calles de Baeza, espero...
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