Llegamos a la puerta del Alcazar (Puerta de Sevilla) a eso de las 11. La mañana era estupenda, no hacía mucho calor (¡por fin!) ni frio, así que podíamos pintar alegremente en la sombra.
Yo tomé este apunte desde el lado occidental de la puerta, o sea, antes de entrar en la ciudad.
Los arcos superpuestos de las distintas civilizaciones que habitaron este lugar (Fenicios, Cartagineses, Romanos, Arabes y finalmente, Cristianos), forman un encantador túnel de arcos de distintos estilos.
El compañero Alfonso García realizó este bonito apunte desde el otro lado de la puerta.
Y a la una nos fuimos ¡a comer a la plaza del mercado!
Comer y pintar, todo es empezar...
Intentamos tomar café en el parador, pero estaban de huelga (lógico, no les pagan) y no nos quisieron atender, así que seguimos pintando en los patios.
Al atardecer nos fuimos a la otra puerta (la de Córdoba). La luz era preciosa.
Lorenza y Ana pintaban desde fuera. A sus espaldas, en la inmensa vega está atardeciendo.
Yo acabé el día con estos dos apuntes de la puerta de Córdoba y una vista de la vega.
Estupenda jornada, Mercedes. Y gustosos apuntes.
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Sí, fue un día estupendo, por el lugar, el tiempo que hizo, pero, sobretodo, por la compañía.
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