Ayer sábado, 21 de junio, disfrutamos de una deliciosa mañana de pintura al lado del Guadaíra. El día fue perfecto en cuanto al clima: ni frío ni calor. Al final se nubló, lo cual le dio un toque dramático al cielo que aproveché para mi última acuarela.
A los madrugadores (Alberto, Manolo, Eduardo y creo que algún otro más que no estaba por allí) les dio tiempo a hacer más apuntes. Por mi parte, me conformo con estas dos que me pude traer. Espero que volvamos y pintemos más molinos, aún nos quedan unos cuantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario